miércoles, 21 de octubre de 2009

¡Entiéndeme!


Eres muy pequeña aún para entender a los mayores, no llores más que cada lágrima que derramas me parte el alma, no llores así, trata de entender que muchas veces lo hacen por tu bien, no debes llorar, se una niña feliz...


Un pequeño ser humano nació no hace más de catorce años, llegaste sin previo aviso a este mundo, quizás Dios nos lo regaló para cubrir un vacío, un dolor. Fue como que nos quito algo a cambio de ti y le doy las gracias, no por haberme quitado lo más adorado para mí, sino, por haberme regalado a la niña de los ojos pequeños con tremenda personalidad.


Al principio de toda esta historia, de tu vida, me sentía celosa, pensé que llegaste a quitarme el amor de mi familia, de mis hermanos, de mi madre, quitaste toda mi atención, pero me di cuenta que yo también estaba perdida en ti, que solo podía vivir para ti y por ti, porque ese pequeño sentimiento de rencor se convirtió en amor, en aquel amor que existe entre hermanos, eres mi hermanita y lo sabes muy bien.


Cuando tú me necesitas yo siempre estoy ahí, a veces me cierras la puerta y me dices palabras que hubiera preferido no oírlas, pero te entiendo, yo también pase por esa etapa, te comprendo, porque soy la más cercana a tu edad, te quiero, porque me demostraste en tus pocos detalles lo mucho que me amas, te extraño, porque solo apareces cuando tienes tiempo.


Ahora me doy cuenta de las tantas veces que pude haber hecho sentir mal a alguien de mi familia, a algún amigo, a alguien cercano a mí, pero te veo y empiezo a entender las cosas, entiendo que es típico en la edad, típico en la adolescencia.


Yo marqué un camino, del cual estoy muy orgullosa y feliz, he cometido mil errores, lo sé, pero ¿sabes que es lo que te hace sentir bien después de haberlos cometido? RECONOCERLOS, si le hiciste daño a alguien, pedir disculpas, te hará sentir mejor y sabrás que cometer el mismo error no es de humanos.



¡Vamos! demos una vuelta, conversemos, quiero tratar de ayudarte y poner en orden esas pequeñas ideas que llevas dentro de ti, que quizás, muchas veces te ofuzcan. ¡Dame la mano!, te ayudaré a cruzar la pista, te protejeré y no la soltaré hasta que te sientas preparada, te lo prometo, prometo cumplir cada palabra escrita.


Princesa, nunca preguntes: ¿Porqué no me entienden?, no lo hagas, porque todos te entendémos, todos te queremos y a veces cuando no tienes la edad suficiente y te cierras en tus ideas piensas cosas que no son.


Déjame mostrarte el camino, déjame llevarte a aclarar tus ideas y a que esas lágrimas dejen de caer, no llores más princesa. Sé que para ti estos pequeños problemas te hacen sentir triste, pero te digo un secreto, no eres la única que lo ha hecho, también, aunque no lo creas, cuando tenía menos edad que tú, lo hice.


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