miércoles, 21 de octubre de 2009

Buscando a azul


Era de noche, el viento soplaba como nunca antes lo había hecho, podía escucharlo, sí, lo escuchaba, me miraste con esos inmensos ojos azules, esos ojos que con el pasar del tiempo cambian de color, pero esa noche, esa noche eran azules.


Caminábamos por las calles oscuras de la ciudad de Lima, conversábamos de muchas cosas, ¿las olvidaste?, creo que no. Preguntaste a qué hora podía llegar a casa, dije a cualquier hora, era mentira, primera mentira de aquella noche, tenía permiso hasta cierta hora, pero no quería moverme de ahí, de tu lado.


Tú querías hacer algo divertido, yo solo quería pasar más tiempo contigo, buscamos "diversión", pero qué diversión íbamos a encontrar un domingo por la noche y justo en aquel lugar, más me divertía poder escucharte, mirarte a los ojos, esos ojos que al mirarme fijamente me pierden en tu mirada, es como navegar en un mar profundo, tus ojos llegan a reflejar el cielo divino donde se encuentra Dios.


A veces nos llegaba el silencio, mi cabeza daba vueltas, venían miles de ideas, miles de preguntas, miles de ¿porqué?, tú, callado, solo caminando de frente, sin mirarme, no decías nada, ¿qué habrás estado pensando?, yo no dije nada, solo caminé y trataba de cerrar los ojos para inmortalizar aquel momento, quizás sueño despierta, quizás solo queda en sueños.


No me gusta que calles, te siento como ausente, como si estuviera sola varada en algún lugar del planeta sin protección. "¡Háblame!" te decía, pero tú solo respondías: "¿Qué te puedo decir?", me molesta mucho que hagas eso, ¿lo sabías?


Tus ojos mágicos que me llevan al infinito miraron hacia el cielo, caminabas despacio porque obviamente temías caerte, te vi tan concentrado que empecé a hacer lo mismo, era una sensación extraña, caminar los dos mirando hacia arriba a paso lento, no entendí el porqué lo hacíamos y te lo dije, a lo que tú respondiste: ¿Buscamos una estrella?


Yo te sonreí, me gustó la idea aunque sonara ilógica, esa noche, no habían estrellas, ni luna, ni un solo astro, pero respondí: ¡Te ayudaré a buscar!


Seguíamos caminando, seguíamos mirando hacia el cielo y es ahí donde te dije: "¡La encontré!". Empezaste a decirme: "¿Dónde, dónde?", yo te dije: "¡Ahí, justo ahí!"apuntando con mi dedo exactamente el lugar, era pequeña, pero era una estrella, esa estrella que tú y yo nos pusimos a buscar como locos por más de media hora, te pusiste muy feliz, como si te hubiera dado el regalo más hermoso del mundo, te encantó y eso me alegró, te acercaste, me pusiste frente a ti y me regalaste un beso en la frente, yo te abracé y te dije al oído: "Será nuestra estrella y se llamará azul".


Reíste y por supuesto preguntaste porqué ese nombre y lo único que pude decirte fue: "¡Es así, azul, un color que representa muchas cosas para mí, cosas importantes, personas importantes, personas como tú, como tus ojos, azul!"


Era de noche, el viento soplaba como nunca antes lo había hecho, podía escucharlo, sí, lo escuchaba, me miraste con esos inmensos ojos azules, esos ojos que con el pasar del tiempo cambian de color, pero esa noche, esa noche eran azules.

0 comentarios:

Publicar un comentario