domingo, 25 de octubre de 2009

Tú por mí


Jamás olvidaré aquel color amarillo que el cielo tenía, hacía frío, pero el sol quería salir a como de lugar, era una mañana que tornaba felicidad. Como olvidar aquel día, a dos bimestres ya avanzados cuando tú llegaste y empezamos a conversar, han pasado ocho años y no imaginé quererte tanto...


La primaria es una etapa escolar donde las personalidades se van formando, nuestro carácter, nuestro círculo de amistades van cambiando por algunos gustos en común que llegamos a tener con otros compañeros, pero nuestro caso fue distinto, es como si ya todo hubiera estado escrito, llegaste, conversamos y hasta el día de hoy no paramos.


De pequeña te veía muy aniñada, tú estabas metida en el mundo del fanatismo por cual grupito que salía de moda, ¿lo recuerdas?, desde Salserin, pegando tus stickers en las carpetas hasta en tu frente o como Rebelde Way, buscando amigas fanáticas igual que tú para perseguirlos por todos lados. Yo nunca tuve ese afán, jamás te acompañé a perseguirlos y lamento no haberlo hecho y no haber compartido tus locuras a esa edad.


Infinidad de cosas hemos pasado juntas, hemos peleado a horrores porque siempre una de las dos quiere tener la razón, me has maltratado en plena vía pública y yo gritándote en las calles para que no tomaras tu micro, me has dicho tacaña por no invitarte el desayuno y preferir comprarme cigarros y yo te he dicho: ESTÚPIDA, por hacer cosas que no deberías hacer, pero ¿te has dado cuenta que aquellas cosas han hecho madurar nuestra amistad?


Ahora, en este momento, ninguna de las dos puede vivir sin saber una de la otra, te pedí que te mudaras a mi casa, un poco obsesivo a decir verdad, pero es que siento que nuestra amistad rompió toda clase de barreras, que va más allá de un sentimiento de amigas, lo nuestro se llama: HERMANDAD.


Es ahora que puedo decir que los amigos se cuentan con los dedos de la mano y eso, me sobran, porque te tengo a ti para ser feliz, para poder contárte todo, para poder llorar en tu hombro, para que te alegres de mis logros y me escuches en mis fracasos.


Muchas veces te hago sentir mal, te digo cosas que jamás hubieras querido escuchar y te pido disculpas, pero, tú sabes muy bien que lo que pienso lo digo y por más que te duela: LA VERDAD ES DURA, y si no te las digo yo dime ¿quién?


Yo solo quiero lo mejor para ti, quiero que por una vez en tu vida me digas que estas bien, que tus problemas se los llevó el viento, que olvidaste a ese ser que tanto daño te está causando, quisiera escucharte decir eso ya que tu alegría es la mía, tus penas son las mías, tus aventuras también.


Daría lo que fuera por volver a verte a ver como hace ocho años, en aquel año donde tú y yo solo pensábamos en jugar y soñar, ¿acaso no podemos volver a soñar?, yo creo que sí, ¿acaso no podemos volver a jugar y reírnos de la vida?, también sé que sí, todo depende de ti, coge mi mano y soñemos, demos una sonrisa y dejémos atrás los problemas.


Sonreír es la palabra que te brindo, ¿la tomas?, ¿la dejas?, tómala que yo estaré ahí contigo y si caémos yo te ayudaré a ponerte de pie porque para eso he nacido, para verte feliz y para ayudarte en todo lo que quieras, para apoyarte y escucharte, porque he nacido para que tu vida sea feliz.


Aquella mañana donde casi el sol no salía llegaste tú y mi vida desde ese momento se iluminó, no tuvo que salir aquel enorme astro que nos da calor para que mi vida se iluminara por completo, te quiero.


0 comentarios:

Publicar un comentario